Los orígenes de este remolino de manzana (strudel, en alemán, significa remolino) se ubican en el lejano (tanto en tiempo como en espacio) Imperio Austrohúngaro, un estado europeo que se fundó en 1867 como resultado de la unión, bajo un mismo monarca, del Reino de Hungría y el Imperio Austríaco. Soplarnos esta horrorosa clase de historia nos es necesario para entender la muy linda y deliciosa anécdota de cómo llegó a nosotros el famosísimo strudel de manzana.

Sobre la dificultad de la masa
La receta más antigua fue incluida en un libro llamado Koch Puech del año 1696. Sin embargo, se sabe que el exquisito postre llegó a tierras austríacas durante la invasión turca, un siglo antes. El primer elemento en hacer presencia fue la masa, que se utilizaba para preparar el afamado dulce turco, el baklava, y que resulta tan importante que casi es lo que determina la calidad de un strudel debido a la dificultad que implica prepararla. Conocida como masa filo, se trabaja durante horas para desarrollar muy bien el gluten y tener como resultado un producto sumamente flexible; tanto así que los expertos afirman que al estirarla debe ser posible leer un periódico a través de ella.

El relleno: una evolución del baklava
Una vez estirada y doblada, llegamos al exquisito relleno: una compota de manzana con canela, que igualmente fue una evolución del baklava. Recordemos que este postre turco se prepara con almíbar, el cual fue sustituido aquí por la manzana y la canela. La receta fue evolucionando, de tal manera que hoy en día en muchos lugares del mundo se le agregan piñones, nueces, pasas e incluso un toque de ron para realzar el sabor. Ya sea con agregados o simplemente con manzana y canela, la masa filo se enrolla (de ahí el nombre de remolino) y se hornea.

Tradicionalmente se sirve con azúcar glas espolvoreada, sin embargo, en algunos lugares le agregan una salsa de crema aromatizada con vainilla o helado de vainilla, el cual, dicho sea de paso, le añade un elemento sensorial adicional: el contraste de temperatura, puesto que se acostumbra servir el strudel de manzana caliente. Y para los expertos en maridajes, se dice que la compañía perfecta del Apfelstrudel es un café espresso.
¿Dónde probar los mejores strudels en CDMX?
A continuación, te compartimos 5 de los mejores lugares en CDMX para disfrutar este delicioso postre.
Bistro 83

D. C. de la Amargura 17, San Ángel, Álvaro Obregón, CDMX
Au Pied de Cochon

D. Campos Elíseos 218, Polanco, Miguel Hidalgo, CDMX
IG. @aupieddecochon
Budapest Café Cukrászda

D. Tamaulipas 130, Condesa, Cuauhtémoc, CDMX
IG. @budapestcafemx
Moheli

D. Francisco Sosa 1, Del Carmen, Coyoacán, CDMX
IG. @moheli.mx
Maque Café

IG. @maquecafe