Cru Cru

Hay un pequeño barrio en la Roma al que se llega por un callejón, La Romita. Quienes lo conocen quizá saben que apareció en una cinta de Luis Buñuel, que ahí hubo un poblado prehispánico y un monasterio, o que durante una pequeña ventana de tiempo (entre jueves y sábado) es posible visitar la fábrica de Cerveza Cru Cru. La fachada de ladrillos se camufla con las casas viejas de su alrededor y solo la delata un pequeño grillo metálico al lado de la puerta, pero al interior se encuentran las instalaciones necesarias para que esta exitosa compañía mantenga su producción. Ofrecen recorridos para conocer el proceso e ingredientes necesarios en la preparación de sus cervezas, también es posible disfrutar de ellas en las mesas del patio adornado por un mural.