Cocina molecular, ¿qué átomos es?

Si leer el título también le ha sugerido algo de carácter científico… se encuentra en lo correcto.

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Mientras medimos la temperatura de la atmósfera, ignoramos la de nuestros soufflés

Todo surge en 1969 cuando el científico húngaro Nicholas Kurti, en su conferencia “El físico en la cocina”, expresó: “Pienso con una profunda tristeza en nuestra civilización: mientras medimos la temperatura en la atmósfera de Venus, ignoramos la temperatura de nuestros soufflés”. Como tal, el concepto aparece en 1988 gracias a Kurti y a su colega francés Hervé This, quien publicó La gastronomía molecular. Debemos este tipo de cocina a la curiosidad y fascinación de estos dos hombres por entender y analizar los procesos químicos en los alimentos al cocinarlos. Prácticamente, convirtieron la cocina en un laboratorio.
El objetivo es experimentar de manera creativa con los componentes del platillo en función de modificar sus estados y texturas, para ofrecer una experiencia nueva y sorprendente al comensal; además de la combinación de sabores, presentaciones y todas las posibilidades que esto ofrece.

Gracias a la cocina molecular, podemos cambiar el estado de la materia de nuestros alimentos

La cocina molecular es el sueño del alquimista, gracias a ella podemos congelar alimentos líquidos o sólidos de forma inmediata, convertir líquidos en sólidos, transformar alimentos líquidos o sólidos en polvo, en geles y gelatinas, encerrar el líquido en una burbuja de sí mismo a modo de caviar, cocinar al vacío (lo que permite mejorar la textura y que la cocción sea uniforme), convertir alimentos en espuma, hacer aire con olores o sabores de alimentos, hacer cremas, entre muchas otras opciones.

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Tina y papel comestible, spaghetti de fresa, cerezas de chocolate y más

Algunos ejemplos asombrosos que ya son una realidad gracias a esta fascinante y deliciosa alquimia son: tinta y papel comestible, almohadas aromatizantes, caviar de manzana y fresas, cerezas de chocolate, caramelos blandos efervescentes, espuma de aceite de oliva virgen, spaghetti de fresa, espuma de leche, espuma de yogurt, perlas de frutos rojos. Y las posibilidades permanecen infinitas para experimentar y disfrutar…

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