“Comida mexicana”
¿Quién será el valiente que se anime a dar una definición de ella? Y digo valiente, puesto que dicha persona tendría que sumergirse en una amplia cantidad de zonas, estados y pueblos para completar semejante empresa. No solo la gastronomía mexicana, sino México mismo es un crisol de raíces, que al mezclarse han dado como resultado un auténtico mosaico dificilísimo de definir, incluso imposible de asir. Sin embargo, en este espacio nos hemos dado a la tarea de ser valientes, así como humildes, en nuestros alcances y, por eso, les compartimos aquí una generalidad de 6 regiones gastronómicas de México.

Península de Baja California
Sin duda, una de las zonas más eclécticas del país, ya que en ella convergen tanto los platillos típicos del mar, una de cuyas especialidades son los tacos de pescado, como el Valle de Guadalupe, en donde ha surgido una amplia gama de propuestas culinarias gourmet, y en donde no puede faltar mencionar a Tijuana, una ciudad que por su cualidad fronteriza ha creado el concepto de comida BajaMed, una fusión de la comida de Baja California con la mediterránea y algunos elementos asiáticos debido a la creciente población china en la zona.

El norte
¡Ah… la carne! Uno de los mayores tesoros que se alimenta de los productos de nuestra tierra. En esta región de México, podemos encontrar una amplia gama: cortes premium, barbacoa, machaca y chilorio. Todas estas opciones se acompañan de tortillas de harina y los típicos frijoles borrachos (cocinados con chorizo y cerveza).

Costa del Pacífico
Hemos llegado a la zona tropical del país en donde predominan las joyas del mar. En los estados de Sinaloa, Jalisco, Nayarit y Guerrero el comensal podrá degustar ceviches, aguachiles, pescado a la talla, empanadas de marlín y un sinfín de etcéteras. Lo importante es siempre acompañar estos platillos con una cerveza bien fría para evitar la deshidratación.

Centro
Hablar del centro del país es, sin lugar a dudas, hablar de la CDMX, aunque aquí mencionaremos otros estados que de ninguna manera se quedan atrás. Si bien en la capital las opciones son prácticamente infinitas y de todas partes tanto de México como del mundo, podemos afirmar que lo más característico son los tacos en todas sus presentaciones: carnitas, campechanos, de barbacoa y, el rey de los tacos, de pastor (los cuales, dicho sea de paso, no se encuentran, con este sabor adobado perfecto, en ninguna otra región del país).

Esta zona gastronómica también está compuesta por el estado de Hidalgo, famoso por sus mixiotes, carne envuelta en hoja de agave y condimentada con chiles y especias, y sus pastes. En Guanajuato, los visitantes no se pueden perder las enchiladas mineras. Y, finalmente, Puebla, esta ciudad de ángeles que le ha regalado al mundo uno de los tesoros culinarios más destacados del país, con sus diferentes moles y platillos hechos con el característico chile poblano.

Costa del Golfo
En este lado de México, encontramos a su principal representante: Veracruz. Ahí se come el huachinango a la veracruzana, el arroz a la tumbada y demás platillos influenciados por sus raíces afrocaribeñas. Un poco más al sur, en el estado de Tabasco, se preparan las imprescindibles empanadas de pescado frito.

Península de Yucatán
Hemos llegado al otro extremo del país, la muy querida y atesorada joya selvática. Esta región de México se caracteriza por su gran influencia maya, la cual le da un toque muy especial a su gastronomía. Ahí encontraremos la famosa cochinita pibil, que en esta zona es preparada en un horno bajo tierra llamado pib, la sopa de lima, el relleno negro, los papadzules y diferentes platillos elaborados con lechón, ya que es una zona en donde se cría el cerdo.

México… sin lugar a dudas un país difícil de acotar y más cuando hablamos de su gastronomía. Su riqueza de influencias lo hacen el paraíso perfecto para los amantes de la comida que están dispuestos a viajar siempre con hambre y un antiácido en la maleta.
Nota: el lector podrá preguntarse cómo es que no se ha mencionado aquí a Oaxaca, y es por un mero capricho del corazón. Este estado lo tenemos tan tejido en nuestra alma que se merece una entrada especial en nuestra querida columna gastronómica. ¡Hasta pronto!