Del 1 al 10 de abril de 2023 se realizará una nueva edición de la Feria Nacional de la Nieve en Xochimilco, una de las celebraciones gastronómicas con mayor tradición en México. Desde hace 136 años, este evento se lleva a cabo en el pueblo de Santiago Tulyehualco, conocido principalmente por sus familias que, de generación en generación, han perfeccionado la creación de nieves artesanales.

“En la actualidad, la nieve es considerada uno de los productos de mayor arraigo y promoción de Xochimilco, pues los neveros siguen elaborándola de manera artesanal, con técnicas parecidas a las de la época colonial, además de utilizar productos 100% naturales”, señala la alcaldía en un comunicado.
¿Qué encontrarás en la feria?
En la feria, los asistentes podrán degustar nieves de sabores tradicionales, como maracuyá con limón, tamarindo, mango o fresa. En otras ocasiones, el evento también se ha destacado por ofrecer sabores inusuales, como pétalos de rosa, pulque con gusano de maguey, mole, lechuga, víbora de cascabel, camarón, ostión, pulpo, tequila, por mencionar algunos. Además de los expositores, la feria contará con elencos artísticos y culturales. La entrada es gratuita y el horario es de 9:00 a 18:00 en la Plaza Cívica del pueblo.

¿De dónde viene la Feria de la Nieve?
Según la alcaldía, esta celebración tiene sus antecedentes en la época prehispánica. En aquel entonces, los xochimilcas le daban un sentido religioso a este alimento, pues solo lo podían consumir los sacerdotes y los grandes señores. Por su parte, las doncellas y los nobles guerreros llegaban a Tlatelolco (donde ocurría el mercado mexica) para conseguir los productos más extraños y exóticos de la zona. Dentro de estos artículos, se encontraba la nieve que, en aquel tiempo, tenía un precio elevado de 20 semillas de cacao.

Con el paso de los años, el consumo de este postre fue aumentando debido al calor hasta que, en 1529, Fray Martín de Valencia, uno de los primeros misioneros que llegaron a la Nueva España, instituyó oficialmente la Feria de la Nieve. El evento fue evolucionando hasta que, en 1885, las familias de Santiago Tulyehualco retomaron esta tradición.