Alemania es considerado por muchos uno de los países más cerveceros del mundo, y no sin razón. Su Ley de la Pureza y los altos estándares dictados por esta férrea tradición han construido una cultura única alrededor de esta bebida que ha trascendido fronteras. Aquí te recomendamos seis estilos de cervezas teutonas que debes probar sí o sí.
Munich Dunkel

A muchos, cuando piensan en cerveza alemana, les vienen a la mente cervezas claras y refrescantes; sin embargo, antes del estricto monopolio que se tenía sobre la cebada en Bavaria, la cerveza clásica de Múnich era la cerveza oscura, originaria del siglo XVI. Elaborada con maltas oscuras, esta cerveza es una deliciosa contradicción. De sabor tostado pero ligera, amarga pero acaramelada. Algunos conocerán una versión deslavada que se vende en México llamada León, aunque dista mucho de la complejidad contradictoria del estilo original. Mejor busquen Hofbräu Dunkel.
- #NotaCuriosa: este estilo fue el primero en ser sometido a la Ley de la Pureza.
- Maridajes: estofados de carne, pescados ahumados o postres caramelizados.
Pils

La Pils o Pilsener (según la marca) es la cerveza más popular en Alemania. Aunque el estilo es originario de la ciudad de Plzeň, en la actual República Checa, rápidamente se ha convertido en uno de los más consumidos en el mundo. Una curiosidad interesante es que para su elaboración se utilizó una nueva técnica en la que usaban malta clarificada que producía una cerveza clara y brillante. Se caracteriza por su color dorado, sabor amargo y aroma a lúpulo. Es refrescante y seca. Perfecta para un día lleno de sol. Recomiendo Flensburger Pilsner.
- Maridajes: pollo, carnes o pescados a las brasas. Mimética por naturaleza, va bien con casi cualquier comida.
Oktoberfestbier

En el apartado de las cervezas fuertes está la Oktoberfestbier: una de temporada que se sirve durante el Oktoberfest en Múnich. Estrictamente, se trata de una Märzen, producida en marzo antes del cierre temporal de las fábricas en verano. Se caracteriza por su sabor a malta, suave amargor y un contenido alcohólico más contundente.
- #NotaCuriosa: el Oktoberfest se celebra desde 1810 para conmemorar la boda del príncipe heredero Ludwig de Baviera y la princesa Therese de Sajonia-Hildburghausen. En dicha festividad abunda la Oktoberfestbier, un buen ambiente y rica comida, así como los tradicionales pollos asados. En México, se consiguen principalmente dos marcas: Hofbräu y Paulaner.
- Maridaje: chamorro de cerdo en salsa de cerveza, salchichas asadas, estofados intensos o carnitas.
Doppelbock

Las Doppelbock son uno de los estilos más interesantes de todas las cervezas alemanas (se echa un “quienvive” con la Rauchbier), pues se trata de la más compleja, alocada y contundente que hay. Una joya para los amantes de la intensidad. Debido a su contenido alcohólico se le conocía como “pan líquido”, ya que a menudo se usaba como sustituto del pan durante el ayuno religioso. La primera cerveza Doppelbock fue producida por la cervecería Paulaner en Múnich en el siglo XVII. Los monjes la llamaron Salvator, ya que consideraban que la cerveza era un regalo de Dios y les permitía sobrevivir (sin comer) durante el ayuno de cuaresma. Es de sabor dulce con una leve presencia alcohólica y un final sutilmente amargo. Tiene una miríada de fragancias: aromas a caramelo, azúcar quemada y toffee; notas leves a cacao y moca con toques de frutos pasificados. Una plenitud de sabores que se disfrutan mejor cuando la cerveza no está helada, sino atemperada (8-10 °C). Todas las cervezas que tengan la terminación “–tor” corresponden a este estilo. Si ven Ayinger Celebrator, cómprenla, es una maravilla. También están Bajuvator de Tucher o Salvator de Paulaner.
- Maridaje: cerveza para disfrutar a solas. También se puede acompañar de postres que resalten sus notas a caramelo. Algunos quesos fuertes podrían resultar en una gran combinación.
Rauchbier

Este estilo no concede la indecisión: la amas o la detestas. Las cervezas ahumadas o Rauchbier son originarias de la ciudad de Bamberg, en el norte de Baviera. La composición de su sabor es digna de mencionar, pues es una bebida muy compleja. Su cuerpo es muy ligero y fácil, pero en nariz es otra historia, pues el aroma recuerda al humo o a embutidos ahumados como el tocino. Se dice que la Rauchbier se originó cuando la malta se secaba sobre fuego en Bamberg, el humo impregnaba el aire y se asentaba en la malta. Hoy en día, esta cerveza es una especialidad regional. Recomendación: Schlenkerla.
- Maridaje: carnes, pollos asados, salmón ahumado, nigiris de salmón o anguila.
Hefeweizen

También durante la férrea dictadura de la Ley de la Pureza, las trigo o Hefeweizen se hicieron un camino y reinaron bajo su propia luz en todo el sur de Alemania. Es cierto, su composición tiene 50% de malta de trigo y 50% de malta de cebada malteada, lo que, en conjunto con sus levaduras, permite exquisitos aromas a plátano, pimienta o incluso clavo, acompañadas de un cuerpo burbujeante y suave de beber. Su alta espuma y su color turbio y dorado la convierte en una de las preferidas en las soleadas primaveras alemanas. Una cerveza para recordar los bonitos momentos, como aquel que viví con mi padre en el restaurante Donisl, en Múnich, acompañado de una Hefeweizen y un Schweinebraten con Kartoffelknödel, que nunca olvidaré. Danke für alles! Recomiendo cualquier cerveza de Schneider Weisse.
- Maridajes: ceviches, pescados, salchichas, carnes a las brasas, quesos o embutidos.
- Para mi padre, Gert Sünner.