Tentempié
Snack en inglés. Collation en francés. En español tenemos una palabra mucho más literaria y figurativa que siempre me ha gustado mucho: tentempié. Palabra compuesta que sirve para determinar toda comida frugal y pequeña que nos da energía suficiente para continuar con nuestras actividades y mantenernos en pie.

Teporocho
La historia de esta palabra es curiosa y tiene sus orígenes en la CDMX. Aunque las versiones cambian de colonia, este vocablo se originó en el Centro Histórico (o para ser más exactos, en el mercado de la Merced). Según la Academia Mexicana de la Lengua, la palabra “surgió de la costumbre de beber infusiones de hojas de naranjo o canela mezcladas con alcohol”. El precio por una de estas infusiones era de 8 centavos por lo que, a quien se le pasaran las copas, se le decía que había consumido un “té por ocho centavos”, expresión que mutó en teporocho.

Bistec
Al igual que firulais, mofle o mariachi (free of lice, para un perro; muffle, para el silenciador del coche; mariage, del francés, para boda), la palabra bistec proviene de un extranjerismo (del inglés beef steak). La dificultad de entender y pronunciar la palabra original derivó en el bistec que hoy en día ordenamos en nuestros tacos.

Salario
“Vales tu peso en sal” es una oración que bien podría aceptarse, ya que hubo un tiempo en el cual era un condimento muy apreciado y valioso. Además de sazonar, se utilizaba como antiséptico, para detener hemorragias y como método de conservación de alimentos. El término salario, en efecto, tenía que ver con la sal: a los legionarios y funcionarios romanos se les pagaba con ella sus quincenas.

El mal del puerco, una conjetura
En el México precolombino no se conocía al cerdo. A este excelso animal (que según mi papá es más bonito asado) lo trajeron los españoles y se convirtió en el símbolo del mestizaje culinario de nuestro país. En palabras de Salvador Novo en Cocina Mexicana: los “mexicanos miraban sorprendidos a aquel extraño, gordo animal que siempre dormía”. Curiosamente, la palabra cochino coincide con cochi, del náhuatl, que significa dormir. Lo que me lleva a pensar que el mal del puerco, aquel que te aqueja después de comer, proviene de otro mestizaje, aunque esta vez de nuestras lenguas.
