Aunque ya mucho se ha dicho sobre la difícil discusión de si las quesadillas llevan queso o no, quisiera hacer una observación sobre la diferencia entre un taco y una quesadilla, y cómo esta última aclaración puede dar luz sobre la primera.

Sabemos que hay muchos argumentos encontrados y válidos, desde los lingüísticos hasta los ideológicos; sin embargo, después de pensarlo con la cabeza fría, la conclusión es que no son claros los límites entre una quesadilla y un taco: sus fronteras sin difusas y poco claras, pero, aun así, ningún mexicano se equivoca al pedirlos. Si bien, la respuesta, como ahora sabemos, no es fácil, hay algo no arbitrario que hace al taco un taco y a la quesadilla una quesadilla.
¿En qué se parecen un taco y una quesadilla?
Para hacer más fácil la diferenciación entre los dos platillos, estableceremos primero los parecidos. Antes que nada, tanto el taco como la quesadilla tienen dos ingredientes en común: la tortilla y el relleno (entendiendo como relleno cualquier ingrediente, guiso o elemento sin importar cuál sea su procedencia siempre y cuando compagine su sabor de manera armoniosa con una tortilla), y ambos se comen calientes. Entonces, ¿cómo sabemos cuándo se trata de uno o del otro?

¿Cuál es la diferencia entre un taco y una quesadilla?
La gran diferencia radica en la manera en la que se preparan. La quesadilla se elabora al comal (o en abundante aceite, dependiendo del puesto) con el relleno frío o templado dentro de la tortilla, que se calienta en el mismo comal. En el caso de los tacos, los dos ingredientes (tortilla y relleno) se calientan por separado; es decir, a la tortilla caliente se le añade el relleno caliente.
Por lo tanto, la diferencia no radica tanto en el queso (están los tacos con queso y las quesadillas sin queso) ni en que unos deban estar enrollados (como los taquitos de pollo) o en si llevan vegetales (porque hay tacos de nopal). Es en el comal (o dentro del aceite hirviendo) donde la magia sucede y el lugar en el que la quesadilla se vuelve quesadilla y el taco se vuelve taco.

¿La quesadilla, entonces, necesariamente lleva queso?
Este hecho que, sin pretenderlo, define a cada uno de los alimentos, cerraría la discusión sobre las quesadillas con o sin queso, porque no es el relleno, sino el método el que los define. En México, de acuerdo con el Diccionario de mejicanismos de Francisco Javier Santa María, las quesadillas se elaboran desde el siglo XVIII y eran un “pan de maíz relleno de queso y azúcar, cocido en comal o frito en manteca; pastelillo en forma semilunar, compuesto principalmente de queso “. De ahí que se les llame quesadillas y que, inicialmente, sí fueran de queso estrictamente, pero el paso del tiempo ha reacomodado el platillo y, por ende, su definición, como se ha explicado en esta discusión.

Por lo tanto, no me cuesta afirmar que el relleno de la quesadilla se calienta, siempre, junto con la tortilla, y el relleno del taco se calienta, siempre, por separado. Hagan la comparación entre la preparación de sus tacos de guisado y quesadillas de preferencia. Y recuerden que entre el taco (o la quesadilla) y la boca solo hay un paso, la mano.