¿Cuántos de nosotros no hemos recurrido a la comida, y más específicamente a los postres, como el dampfnudeln, para apapacharnos cualquier día lluvioso, triste, para consentir a un ser amado o cuando hemos trabajado arduamente y deseamos celebrar y recompensar nuestro esfuerzo? En ocasiones, lo hacemos con alguna golosina que compramos en nuestra panadería predilecta, o en una tienda de abarrotes.

Sin embargo, hay pocas cosas tan satisfactorias como ingerir un postre creado por uno mismo. Y sé que puedo hablar por muchos de nuestros lectores cuando digo que el proceso de preparar, amasar, mezclar ingredientes y combinar sabores, como un compositor combina distintos sonidos, timbres, acordes y tonalidades, es un proceso sumamente emocionante, gozoso y que nos llena de orgullo cuando llegamos al tan deseado resultado. Es por eso que hoy me gustaría presentarles una de mis recetas favoritas: dampfnudeln. Este postre de tradición germano-austriaca, que se traduce literalmente como “pasta al vapor”, es sumamente fácil de preparar y tiene un sabor y una textura deliciosos.
Ingredientes
- Mermelada (tradicionalmente de fresa o moras, pero puedes elegir tu sabor favorito)
- ¼ litro de leche
- 500 g de harina
- 20 g de levadura fresca
- 50 g azúcar
- 1 pizca de sal
- 1 huevo
- ¼ de taza de mantequilla derretida
Procedimiento
- Mezcla primero todos los ingredientes secos (harina, levadura, sal y azúcar); luego, agrega la leche y el huevo.
- Integra con las manos los elementos hasta que tengas una masa homogénea, la cual debes tapar con un trapo y dejar reposar por una hora.
- Después, divide la masa en 5 partes, las cuales debes tapar también y dejar descansar una hora más.
- Cuando termine el tiempo, aplánalas ligeramente. Toma un cucharada generosa de mermelada y cierra uniendo los bordes hacia arriba, como lo harías con un mochi.
- Cuando tengas 5 bollitos, calienta una sartén relativamente honda con algo de mantequilla y, una vez que se derrita, coloca los dampfnudeln.
- Tapa y deja sofreír unos 10 minutos.
En teoría, ya están listos… pero son una delicia cuando les agregas un aliño dulce encima, como leche condensada o un poco de azúcar glas, al más puro estilo de los beignets de Nueva Orleans. Puedes hacerlos para ti, tu familia, un crush… Algo es seguro, les va a encantar.