Una fantástica combinación: el cine y la cocina

No nos referimos en este caso a la acción de preparar o conseguir un buen festín y degustarlo al mismo tiempo que se disfruta de una buena película, lo cual en realidad también sería una fantástica combinación y, si a esto se le añade que la película sea de temática gastronómica, el asunto ya se pondría demasiado metafísico…

Foto: delgado.ec

Así que, aclaremos, nos referimos a la acción de introducir la cocina dentro del cine. Por supuesto, son innumerables las películas que realizan esta mezcla: desde aquellas en las que aparece Bugs Bunny escapando de ser la cena hasta filmes realmente profundos sobre el arte de cocinar, los platillos, el poder y el alcance de la comida. A continuación, compartimos a los lectores siete que valen toda la pena, dejando, afortunadamente, todo un mundo por explorar.

El festín de Babbette (Gabriel Axel – Dinamarca, 1987)


Narra la historia de una mujer francesa que llega a un pueblo puritano de Dinamarca donde es acogida por dos señoras mayores que tuvieron una educación muy rígida. Al ganar un boleto de lotería, decide agradecer la hospitalidad con un gran banquete para todo el pueblo. Los vecinos aceptan, pero se proponen no dar muestras de placer durante el festín, cosa que no logran en un final muy bello y emocionante.

Chocolate (Lasse Hallström – Reino Unido, 2000)


En esta película, una madre y su hija se trasladan a un pequeño pueblo de Francia. La madre tiene un don para leer a las personas y saber qué tipo de chocolate prefieren tanto en su paladar como en su alma, ya que, según una antigua leyenda maya, este tiene el poder de desenmascarar los anhelos de la gente. Ambas se enfrentarán a una sociedad conservadora que las ve como una amenaza para lo establecido.

El cocinero, el ladrón, su amante y su esposa (Peter Greenaway – Francia/Reino Unido, 1989)


Filme de drama y comedia negra repleto de simbolismos tanto por sus representaciones de canibalismo como por sus desnudos frontales. Una historia cruda e impactante, como suelen ser las películas de Greenaway. La esposa del delincuente Spica, dueño del restaurante, es humillada constantemente por él, lo cual la lleva a comenzar un affair con un cliente habitual, pero Spica los descubre y toma una terrible venganza. Ella, a la vez, prepara su propia venganza, que ejecutará con la ayuda del chef en una escena final que es al mismo tiempo terrible y de gran belleza formal.

Ratatouille (Brad Bird y Jan Pinkava – EUA/Francia, 2007)


Quien no haya tenido la oportunidad de ver esta cinta de Pixar, no debe dejar de hacerlo. Trata sobre una rata, Remy, que al contar con un sentido del olfato y del gusto sumamente desarrollados, aspira a convertirse en chef. El filme narra las peripecias y obstáculos a los que se enfrenta, obsequiando al espectador una bella reflexión que puede resumirse en: “No cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista puede provenir de cualquier parte”.

Como agua para chocolate (Alfonso Arau – México, 1992)


Esta entrañable cinta postula que lo más importante no son los ingredientes con los que se cocina, sino el amor con el que se hace. El filme da un giro interesante, pues todas las emociones de la protagonista se transmiten a la comida que prepara. Así, poco a poco, se va construyendo esta historia que ya se ha vuelto un clásico.

Fast Food Nation (Richard Linklater – EUA/México, 2006)


Esta película plantea una fuerte crítica a la influencia de la industria estadounidense a nivel mundial en relación con la comida rápida, de modo que el espectador se cuestione qué se encuentra detrás de su producción. El filme está inspirado en el libro del mismo nombre de Eric Schlosser.

Delicatessen (Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro – Francia, 1991)


Este filme de ciencia ficción y humor negro está ambientado en un escenario postapocalíptico en el que la comida escasea, por lo que Clapet decide atraer a víctimas a la comunidad en la que vive para asesinarlas y venderlas como carne a sus vecinos. La historia se empieza a complicar cuando la hija de Clapet se enamora de una de las víctimas: desesperada, baja a las cloacas donde pide ayuda a un grupo de resistencia de franceses vegetarianos.

También puede interesarte