Todos conocemos a esa persona que antes de probar los alimentos, les echa sal. Sin embargo, ya sea por maña, gusto o necesidad, la sal es un mineral que ha estado presente en la vida del ser humano por siglos y ha influenciado su historia de formas sorprendentes e inimaginables.
Los tipos de sal están determinados por su método de extracción
Esta sustancia, compuesta principalmente por sodio y cloro (razón por la cual su nombre químico es cloruro de sodio o NaCl), se encuentra en distintos lugares de la naturaleza; de ahí que cada uno de los tipos esté determinado por su método de extracción. La sal marina, por ejemplo, se obtiene mediante la evaporación del agua de mar; la sal rosa del Himalaya, por otro lado, proviene de la pulverización de un tipo de roca que se encuentra en las montañas de Pakistán; y la sal vegetal se obtiene al hervir algunas plantas, específicamente gramíneas.
La sal, históricamente, ha tenido distintas funciones
Si bien su uso más generalizado es el de condimento para la comida, históricamente ha tenido diferentes funciones. Algunas civilizaciones antiguas, como los romanos*, los egipcios e incluso las culturas mesoamericanas, utilizaron la sal ya sea como método de pago para soldados y funcionarios públicos, como tributo o como moneda para el comercio. Este valioso mineral ha sido también clave en la geopolítica, debido a su gran importancia para el consumo humano y el difícil acceso que tiene para muchas poblaciones.
La sal nos ha ayudado desde a conservar ciertos alimentos hasta a potenciar sabores
Actualmente, la sal ha sido estigmatizada por los efectos negativos en la salud que tiene su consumo en exceso. Sin embargo, a lo largo de los siglos este valioso producto de la tierra nos ha ayudado en el maravilloso ritual de la alimentación, desde la conservación de ciertos tipos de carne hasta la potenciación de los sabores.
Finalmente, lo que sin lugar a dudas le recomendamos al lector es probar la comida antes de echarle sal.
*No olvidemos que la palabra salario proviene del latín “salarium”, que a su vez viene de sal.
