Aguas frescas, ¿mexicanas?

Tanto en México como en el extranjero, las aguas frescas son ampliamente conocidas como unas de las bebidas más tradicionales de nuestro país. Está documentado que los antiguos mexicanos molían fruta con flores y semillas para luego agregar agua y ofrecerlas en los tianguis. Es decir, preparaban aguas frescas para sobrellevar el calor que azota estas maravillosas tierras tropicales. 

aguas frescas mexicanas
Foto: Kokó México

Orgullosos representantes

Desde entonces, México compite a nivel mundial con sus fieles y orgullosas representantes: el agua de tamarindo, piña, melón, sandía, guayaba, naranja, maracuyá, etc. Incluso, durante el mes patrio, es común que en puestos, fondas y restaurantes se preparen aguas de los tres colores nacionales: limón con chía, horchata y jamaica. 

Aguas limón jamaica horchata
Foto: Milenio

¿Y sí son mexicanas?

Sin embargo, y con toda sinceridad le pregunto al lector, ¿se ha puesto a pensar cómo es que los aztecas preparaban aguas frescas con ingredientes que llegaron al país en los barcos de los conquistadores? ¿Cómo le hacían para hacer agua de horchata, una bebida cuyo ingrediente principal es el arroz proveniente de China? ¿Y la flor de jamaica, originaria de África? ¿Y el limón, que por más que nos duela leerlo es un producto asiático? Y el tamarindo, esa deliciosa leguminosa que usamos no solo para hacer agua, sino también para preparar una enorme cantidad de dulces típicos mexicanos, ¿no es verdad que vio por primera vez la luz en tierras africanas? 

Agua de tamarindo
Foto: Cocina Vital

El mestizaje

Antes de que el lector y la autora de este artículo caigamos en una verdadera crisis de identidad, he de contarle que este curioso acontecimiento, si se analiza, no es tan curioso en realidad puesto que responde a un fenómeno que ha sucedido sistemáticamente a raíz de este periodo en nuestra historia: el mestizaje. No olvidemos que “lo mexicano” es y siempre será una feliz mezcolanza de elementos de distintos lugares. Sí, los aztecas crearon el hábito de moler fruta y semillas para hacer agua de sabor, pero el resto del mundo nos regaló un sinfín de ingredientes para agregar a nuestras tradicionales aguas frescas.

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